El rincón boca-oreja constituye un espacio y una estructura dentro del aula para que los alumnos
resuelvan sus conflictos por sí mismos como un mecanismo para el diálogo y la negociación.
Es importante que los alumnos
participen y colaboren en la creación del rincón y en dotarlo de unas normas
para su funcionamiento. Cuando dos alumnos tienen un conflicto dentro del aula, la profesora les invita a
ir al rincón para intentar solucionarlo por sí mismos. La propuesta es siempre
una invitación y no una imposición, ya que su uso ha de ser voluntario.
En muchas ocasiones, y cada vez
más, los alumnos acudirán al rincón por
sí mismos cuando tienen un conflicto. Este
comportamiento, con el paso de los meses, se hace más frecuente y automático.
En el rincón, cada uno de los
niños ocupa uno de los lugares representados por un dibujo (boca- oreja). Los niños están solos y su conversación es privada.
• El niño situada en el dibujo de la oreja, tiene como tarea escuchar
lo más atentamente posible a su compañero y no puede hablar, ni siquiera despegar
los labios, para evitar las
interrupciones.
• El niño situado en el dibujo de la boca tiene la palabra y su tarea
es contar qué ha ocurrido, cómo se siente y qué quiere.
• Una vez que el primer niño ha terminado de hablar,
cambian de lugar e invierten sus papeles.
• Este proceso consta habitualmente de un único turno
para hablar y escuchar, aunque en ocasiones los alumnos pasan dos o más veces
por cada una de los dibujos hasta que encuentran una solución a su conflicto.
Una vez terminado el proceso, los alumnos acuden al
lugar de la profesora, quien hace un pequeño seguimiento de lo ocurrido. Les pregunta
si han encontrado una solución, en qué consiste tal solución y si ambos están
contentos de verdad con ella. Luego se incorporan de nuevo a las tareas del
aula.
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